Hasta hace poco entendí y validé que para lograr algo, (lo que sea en mi vida) dependía básicamente de mi energía vital. Y cómo no? Si cada vez que hacemos un cambio en nuestra vida, el cerebro crea unas conexiones neuronales que requieren de energía para que las células puedan tener sus procesos de crecimiento y podamos seguir disfrutando esta experiencia humana.
Esto explica un poco el por qué no cambiamos! El por qué en enero tenemos un board de sueños y metas y en septiembre estamos aún peor porque ahora nos acompaña la frustración de no haber cumplido lo que tanto anhelábamos.
Y en ese letargo que vivimos a diario, preferimos quedarnos en lo malo conocido que bueno por conocer porque simplemente NO TENEMOS ENERGÍA VITAL para el cambio.
Y yo por eso este año elegí enfocarme en cuidar mi energía vital. Y hoy te comparto 3 hábitos que nos ayudarán a mantener nuestra energía vital alta este año:
1. Eleva tu frecuencia:
Esto lo leemos ahora en todo lado. "Vibra bonito, vibra alto, sube la frecuencia". Pero qué quiere decir esto? Pues resulta que debajo de las células de nuestro cuerpo, tenemos átomos que están conformados por protones y neutrones que están en el núcleo y electrones que giran alrededor de éste. Estos electrones giran a una velocidad que está determinada por las emociones que estemos sintiendo.
Y resulta que si nos devolvemos a nuestras clases de física de colegio recordamos que la velocidad es inversamente proporcional a la frecuencia. Lo que significa que cuando estamos acelerados, nuestra frecuencia baja.
Otra fórmula
E: KF
Donde E es energía, K es una constante y F es frecuencia
Lo que significa que cuando subo mi frecuencia vibratoria, subo mi energía vital. Son directamente proporcionales.
Hay emociones de alto espectro de frecuencia que empiezan en 45 hercios como la gratitud, la compasión, el asentimiento y el amor.
Hay emociones de baja frecuencia como el dolor, miedo, tristeza, ira, orgullo, arrogancia que llegan máximo a 3.8 hercios.
Los microbios por ejemplo sobreviven hasta 25 hercios, lo que significa que si vivo con baja frecuencia y energía, soy el Target ideal para un microbio.
Ahora cómo subo mi frecuencia? Asegurando la hidratación de mis células, descansando cuando mi cuerpo lo pide, estando en contacto con la naturaleza, asintiendo a los demás como son, agradeciendo, viviendo experiencias que me generen gozo como crear, dibujar, cantar, bailar, etc.
Entonces clave bajar nuestras revoluciones, dejar la prisa y el afán para que mi frecuencia y mi energía vital se mantengan.
2. Respiración abdominal:
Como vimos antes, las emociones juegan un rol importante en nuestra energía y frecuencia. Si vivimos desregulados emocionalmente en estados de ira, tristeza, miedo y dolor pues vamos a mantener nuestra energía vital en cero.
Cuando hago respiración abdominal mis pulmones se expanden en su totalidad liberando y moviendo la tristeza guardada. Se mueve el diafragma extendiendo toda mi espalda baja, permitiendo la liberación del miedo acumulado ahí.
Cómo es? Simple. Inhalas inflando el abdomen al máximo, sostienes y exhalas controladamente intentando llevar el ombligo a la columna. Esto lo repites las veces que puedas. Yo te recomiendo hacerlo por 1 minuto 3 veces al dïa. (Osea sólo 3 minutos de tu tiempo al día)
3. Cepillar la fascia:
La fascia es el único órgano del cuerpo que recubre TODAS las partes del cuerpo. Y qué es? Es una telita básicamente, como un cristal líquido. Es tejido conectivo que a la vez es fluido y flexible.
Resulta que todas las creencias que tenemos quedan enquistadas en nuestra fascia muscular que es ese tejido conectivo que envuelve todos los músculos. Lo que quiere decir que cuando estimulamos o cuidamos la fascia, estamos liberando y restableciendo nuevos caminos de transformación y sanación.
Cómo lo hacemos: En reels lo mostraré más detallado esta semana el como yo lo hago. Pero simplemente es usar un cepillo (puedes usar los que venden para el cuerpo) aunque yo uso y recomiendo usar los que usas para limpiar en casa que no vale más de 10.000 pesos y tiene cerdas DURAS que nos permiten estimular mejor la fascia. (Obviamente la piel no debe quedar lastimada)
Importante que el movimiento sea firme y hacia arriba siempre. Por todo el cuerpo! Yo lo hago antes de bañarme y me encanta porque en seguida siento un boost en mi energía.
Esto además nos cambia el tono muscular, se secreta colágeno y nos ayuda con la celulitis.
Maravilloso no? 3 simples hábitos que no nos cuesta mucho y en cambio nos traen muchos beneficios. Me encantaría leerte! Cuéntame como te va al aplicarlos! Un abrazo!
Gia
Cocreadora de deplanta